Los tubos de timpanostomía son pequeños tubos que se colocan en el tímpano con el fin de crear una abertura en el oído medio (el espacio detrás del tímpano) para que el líquido que se acumula pueda drenar y haya un equilibrio en la presión del aire entre el oído medio y el exterior. Los tubos ayudan a los niños a tener menos infecciones de oído y, a veces, pueden ayudar con la pérdida de la audición. Los niños sanan rápidamente después de la cirugía, pero algunos pueden presentar, durante unos días, un poco de secreción, dolor o una sensación de que el oído está tapado. Siga estas instrucciones para cuidar a su hijo mientras se recupera.

• En casa, su hijo puede alimentarse con una dieta regular.
• Dele a su hijo mucho líquido.
• Permita que su hijo descanse lo necesario.
• Haga que su hijo se tome las cosas con calma el día de la cirugía. Puede volver a sus actividades regulares el día después de la cirugía.
• Siga las recomendaciones del cirujano en cuanto a lo siguiente:
  • darle gotas para los oídos
  • darle los medicamentos para el dolor
  • usar tapones para los oídos al bañarse o nadar
  • hacer un seguimiento para asegurarse de que los conductos auditivos estén drenando
  • programar una prueba de audición
• Si su hijo tiene supuración en los oídos, coloque una bola de algodón limpia en la abertura del oído. No utilice un hisopo de algodón (Q-tip®) en el interior del oído.
• Si su hijo necesita sonarse la nariz, dígale que lo haga suavemente y con cuidado.
• Su hijo puede viajar en avión.

Su hijo tiene:

• vómitos 
• fiebre
• dolor de oído o supuración durante más de una semana después de la cirugía
• supuración del oído que contiene un poco de sangre o una supuración de color verde amarillento
• mal olor proveniente del oído
• se le cae un tubo

• Nota que, en el drenaje del oído, hay una cantidad de sangre superior a una cucharadita.
• Su hijo comienza a tener un dolor intenso de oídos.

¿Cuánto tiempo permanecen puestos los tubos en los oídos? Los tubos suelen permanecer colocados entre 6 y 18 meses, según el tipo de tubo utilizado. Los tubos se suelen caer por sí mismos, al ser expulsados cuando el tímpano se cura y cicatriza. Pero, si un tubo continuara estando insertado en el tímpano más de 2 a 3 años, el médico de su hijo podría optar por extraérselo.