Los niños son de diferentes tallas y medidas, pero a veces, suben de peso demasiado rápido. Ayude a su hijo, y a toda su familia, a hacer elecciones alimenticias saludables y a mantenerse activo. Estos hábitos saludables pueden acompañarlo toda la vida.

Crear hábitos saludables:
- Prepare las comidas en el hogar siempre que sea posible. Limite las salidas a restaurantes y a lugares en los que se sirva comida rápida.
- Establezca horarios regulares para las comidas principales y los refrigerios.
- Coman juntos con la mayor frecuencia posible.
- No obligue a los niños a comer. Enséñeles a estar atentos a su cuerpo y a reconocer cuándo tienen hambre y cuándo están satisfechos.
- No use los alimentos como una recompensa o un castigo.
- Haga que todos los integrantes de la familia coman todas sus comidas y refrigerios en la mesa, no mientras están caminando o mirando televisión u otras pantallas como computadoras tabletas o celulares.
- Imponga reglas familiares para el tiempo que pueden pasar frente a una pantalla. No permita que el tiempo que pasan frente a una pantalla se interponga con la actividad física, reduzca las horas de sueño o la conexión con la familia y los amigos.
- Ayude a su hijo a hacer actividad física todos los días.
- Los niños que duermen lo suficiente tienen menos probabilidades de tener sobrepeso cuando son mayores. Ayude a su hijo a dormir lo suficiente. Las necesidades de sueño varían de un niño a otro, pero en promedio:
- Los niños de 2 a 3 años necesitan dormir entre once y catorce horas (incluidas las siestas).
- Los niños de 3 a 5 años necesitan dormir entre diez y trece horas (incluidas las siestas).
- Los niños de 6 a 12 años necesitan dormir entre nueve y doce horas por noche.
- Los adolescentes necesitan entre 8 y 10 horas de sueño por noche.
- Sea un buen ejemplo para sus hijos. Elija alimentos saludables, haga ejercicio físico de forma regular, limite el tiempo que pasa frente a las pantallas y duerma lo suficiente.
Ayude a su hijo a lograr la mejor nutrición:
- Ofrézcale comidas y refrigerios nutritivos. Siga los consejos del profesional del cuidado de la salud sobre el tamaño de las porciones de su hijo.
- Asegúrese de que su hijo reciba suficiente calcio (la leche descremada y el yogur con bajo contenido de grasa son buenas fuentes de calcio) y hierro (la carne, el pollo y el tofu son buenas fuentes de hierro).
- Incluya frutas y/o verduras en todas las comidas y en todos los refrigerios. En el caso de los niños pequeños, evite las frutas y verduras duras y crudas porque pueden provocar atragantamientos.
- No le dé a su hijo refrescos, bebidas con azúcar o jugos.
- Evite tener alimentos con un alto contenido de grasa y de azúcar en su casa. Entre ellos, se incluyen las galletas y las tortas. Estos alimentos deben ser "esporádicos".

¿De qué manera deciden los profesionales del cuidado de la salud si un niño tiene sobrepeso? Los profesionales del cuidado de la salud miran las tablas de crecimiento y utilizan una medida denominada "índice de masa corporal" (IMC) para ver si el niño está subiendo demasiado de peso.
¿Por qué el peso es un problema para los niños? Los niños con mucho sobrepeso pueden desarrollar problemas de salud, como diabetes, asma, hipertensión, colesterol elevado, problemas en los huesos y las articulaciones, enfermedad hepática, problemas de sueño y problemas con el período menstrual.
Los niños con sobrepeso también pueden ser el blanco de burlas o agresiones y tienen un mayor riesgo de sufrir depresión.
¿Qué debería hacer si tengo un hijo con problemas de peso y otro sin problemas? No trate al niño con problemas de peso de forma diferente. Por el contrario, haga que toda la familia haga cambios saludables. Dígales a sus hijos que la meta es tener un cuerpo fuerte y sano. Todos, incluso los niños delgados, necesitan alimentos sanos y hacer ejercicio regularmente.
¿Cómo puedo ayudar a un niño quisquilloso a comer diferentes tipos de alimentos? A veces, los niños necesitan probar un alimento muchas veces antes de acostumbrarse a él. Y los gustos cambian con el tiempo. Ofrézcale a un niño quisquilloso una variedad de alimentos. Pídale a su hijo que pruebe un bocado pero no lo obligue a comerlo. Tal vez, su hijo lo sorprenda un día y comience a disfrutar un nuevo alimento.