Los controles médicos son la manera de asegurarse de que su hijo está creciendo de forma adecuada. También permiten identificar si existen problemas de salud. Después de esta visita, establezca otra para el control médico de su hijo a los 9 años de edad.

• Ayude a su hijo a aprender hábitos de alimentación saludables:
  • Coman juntos en familia lo más seguido posible.
  • Cuando sirva un plato, la mitad debe ser de frutas y verduras, un cuarto debe ser almidón (como pasta o pan integrales) y otro cuarto proteínas (como carnes magras o pescado). Sirva porciones de tamaño adecuado para el niño y dele más solo cuando su hijo se lo pida.
  • Dele a su hijo alrededor de 2½ porciones de lácteos al día. Entre estos alimentos, se incluyen la leche descremada y la semidescremada, la leche de soja fortificada y el queso y el yogur descremados. Las fuentes de calcio no lácteas incluyen jugos, cereales y pan fortificados; verduras de hojas verdes oscuras; y tofu (fortificado con calcio).
  • Ofrézcale agua en lugar de bebidas deportivas, refrescos u otras bebidas con azúcar. Limite la cantidad de jugo a no más de 8 onzas (240 ml) de jugo 100% natural por día.
  • Limite los dulces y los alimentos con un alto contenido de grasa.
  • Enséñele a su hijo a comer cuando tenga hambre, no por aburrimiento o hábito (como comer mientras mira televisión) y a detenerse cuando se sienta satisfecho.
• Anime a su hijo a hacer al menos 1 hora de actividad física por día. Jugar afuera, trepar y nadar son excelentes maneras para que los niños de esta edad se mantengan activos. Diviértanse haciendo actividad física juntos y dele un buen ejemplo con una rutina de ejercicio físico propia.
• Ayude a su hijo a planificar el uso de los dispositivos tecnológicos (esto incluye teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras, videojuegos y televisores). Este plan debería:
  • Combinar el uso de pantallas con conductas saludables, como pasar tiempo con otras personas, realizar actividad física al menos una hora por día y dormir entre 9 y 12 horas cada noche.
  • Eliminar los dispositivos electrónicos de la habitación.
  • No permitir el uso de dispositivos electrónicos durante las comidas.
  • Ayude a su hijo a comprender cómo usar la Internet de manera segura.
• Hable acerca de los peligros de los cigarrillos, los cigarrillos electrónicos, las drogas y el alcohol.

• Involúcrese con la escuela de su hijo participando de las reuniones entre padres y maestros, la reunión previa al comienzo de clases y los actos escolares.
• Felicite a su hijo por su buen comportamiento y por esforzarse en la escuela.
• Anime a su hijo a practicar deportes, sumarse a los clubes después de la escuela y otras actividades de interés.
• Lean juntos. Túrnense para leerse el uno al otro.
• Enséñele a su hijo que un buen amigo se preocupa por los sentimientos de los demás, respeta las reglas y ayuda a otros.
• Si su hijo es blanco de intimidación, sugiérale que intente alejarse y no responda o que diga claramente: "Deja de hacer eso, no me gusta". Si la intimidación continúa, asegúrese de que su hijo sepa que debe informar a un adulto en quien confíe.
• Hable con el maestro de su hijo o con el director de la escuela si está preocupado por la intimidación o por el trabajo escolar de su hijo.

• Hable sobre los cambios normales que ocurren durante la pubertad. Responda las preguntas de forma sencilla y agregue información a medida que su hijo muestre interés. Use los nombres adecuados para las partes del cuerpo relacionadas con el sexo y explíquele qué es lo que hacen. Hable con el profesional del cuidado de la salud si no sabe cómo hablar con su hijo sobre la pubertad.
• Establezca reglas y consecuencias claras. No le pegue a su hijo.
• Anime a su hijo a establecer metas y a aceptar nuevos desafíos. Ayude a su hijo a comprender que podemos aprender de los errores y los fracasos, y que son parte del aprendizaje y de la vida.
• Anime a su hijo a intentar primero resolver los problemas (por ejemplo, resolver un desacuerdo con un hermano o un amigo, o encontrar la solución a un problema de una tarea) sin su ayuda.
• Hable con el profesional del cuidado de la salud si su hijo continúa mojando la cama.

• Su hijo debe continuar viajando en el asiento posterior del automóvil y usar un asiento elevador hasta que mida 4 pies y 9 pulgadas (145 cm). Esto suele ocurrir entre los 8 y los 12 años de edad.
• Hable sobre la manera de estar seguro entre adultos. Enséñele a su hijo que le diga inmediatamente si alguna persona hace lo siguiente:
  • quiere ver o tocar las zonas íntimas de su hijo o le pide ayuda con sus zonas íntimas
  • le pide que guarde un secreto y no se lo cuente a sus padres
  • lo hace sentir incómodo o inseguro
• Asegúrese de que su hijo solo use Internet en un lugar donde usted pueda verlo fácilmente. Coloque filtros de seguridad en las computadoras y compruebe qué sitios visita su hijo.
• Aun cuando su hijo sepa nadar, obsérvelo de cerca cuando esté en el agua.
• Use equipo de seguridad adecuado para hacer deportes, incluidos los cascos, protectores para los ojos y la boca, y material acolchado de protección.
• Enséñele a su hijo a estar muy atento al tráfico al cruzar la calle, andar en bicicleta o jugar al aire libre.
• Enséñele a su hijo lo que hay que hacer en una emergencia, lo cual incluye cuándo y cómo llamar al 911.
• Tener armas de fuego en el hogar aumenta el riesgo de sufrir lesiones y accidentes. Si tiene un arma de fuego, manténgala descargada y bajo llave. Las balas se deben guardar bajo llave, por separado del arma.
• No permita que nadie fume cerca de su hijo.

• Continúe ayudando a su hijo a cepillarse los dientes dos veces al día con una pasta de dientes con flúor y a usar el hilo dental una vez por día. Lleve a su hijo al dentista cada 6 meses.
• Cuando esté al sol, proteja la piel de su hijo con una pantalla solar resistente al agua con un FPS (factor de protección solar) mínimo de 30 y vuelva a aplicarla cada 2 horas o más seguido si traspira o nada.
• Siga las instrucciones del profesional del cuidado de la salud sobre las inmunizaciones (vacunas) y los análisis.
• El profesional del cuidado de la salud puede informarle sobre ayuda disponible en la comunidad o a través de un trabajador social. Hable con el profesional del cuidado de la salud si le preocupa lo siguiente:
  • No tiene suficiente comida para su hijo.
  • No tiene un lugar seguro donde vivir.
  • No tiene seguro médico.
  • Tiene un problema con las drogas o el alcohol.
• Llame al profesional del cuidado de la salud de su hijo si está preocupado por el crecimiento, la salud o el desarrollo del niño.