El VIH (virus de inmunodeficiencia humana) debilita el sistema inmunitario (sistema que combate los gérmenes). El VIH no tiene cura, pero la mayoría de las personas pueden controlar el virus con medicamentos y llevar una vida saludable.

Mantente sano

• Toma todos los medicamentos tal como te lo hayan indicado.
• Haz ejercicio físico, duerme lo suficiente y come bien.
• Si tu sistema inmunitario está débil, pregúntale al profesional del cuidado de la salud si necesitas hacer lo siguiente:
  • evitar algunos tipos de alimentos (como huevos, mariscos, aves o carne crudos o poco cocidos; o jugos y lácteos sin pasteurizar)
  • evitar el contacto con ciertas mascotas (como los reptiles, que pueden propagar infecciones)
• Pregúntale al profesional del cuidado de la salud qué vacunas deben recibir tú u otros miembros de la familia.
• Lávate las manos a fondo y con frecuencia y pídeles a los integrantes de tu familia que hagan lo mismo. Utiliza agua y jabón y frótate las manos por lo menos unos 20 segundos. Después, debes enjuagarlas y secarlas bien. Si no dispones de agua y jabón, puedes usar un gel antiséptico o desinfectante para manos con un contenido mínimo del 60% de alcohol. 
• Acude a todas las consultas médicas y hazte todos los análisis de sangre.

Prevenir el contagio del VIH

• Infórmales a todas las personas con las que mantiene relaciones sexuales que tienes VIH. Tus parejas deben hacerse el análisis de VIH.
• Infórmale a una nueva pareja que tienes VIH antes de tener relaciones sexuales.
• Usa un condón de látex cada vez que tengas relaciones sexuales de cualquier tipo (vaginales, orales o anales).
• Toma todos los medicamentos para el VIH de la manera que te los recetaron.
• Nunca compartas ningún tipo de aguja.
• Mantén todos los cortes y las llagas cubiertos.
• Entiende que existe un pequeño riesgo de contagiar a otra persona con VIH al compartir rasuradoras, cepillos dentales, pinzas de depilar, aros o piercings.

• Tienes dificultades para tomar los medicamentos recetados.
• Tienes nuevos síntomas, como los siguientes: 
  • fiebre, escalofríos o sudor durante la noche 
  • pérdida de peso
  • fatiga (sentirse cansado con más frecuencia)
  • candidiasis oral (una capa blanquecina en la lengua y en el interior de las mejillas)
  • tos muy fuerte
• No has tenido varicela ni recibido la vacuna y estás en contacto con alguien con varicela.

• Tienes dolor de pecho, dificultad para respirar o te falta el aire.
• No ves bien.
• Te sientes confundido, tienes un dolor de cabeza intenso, una convulsión o dificultad para mover una parte del cuerpo.

¿Cómo se contagia el VIH? Los adolescentes contraen el VIH principalmente por:

• las relaciones sexuales (especialmente las anales y vaginales)
• compartir agujas para inyectarse drogas o realizarse tatuajes

El VIH también puede contagiarse de la madre al hijo durante el embarazo, el parto o el amamantamiento. Las personas también contraen el VIH cuando se pinchan con una aguja infectada.

No se puede contraer el VIH por abrazar o darle la mano a una persona que tiene VIH.

¿De qué manera provoca la enfermedad el VIH? El VIH destruye las células que combaten los gérmenes en el organismo, que reciben el nombre de "células CD4" (también llamadas "células T"). Con el tiempo, a medida que el VIH destruye más células CD4, las personas con VIH pueden tener infecciones y otros problemas de salud. Si el número de células CD4 es muy bajo o si la persona tiene infecciones graves, el VIH se transforma en SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Una persona con VIH puede tardar muchos años en desarrollar SIDA.

¿Cuáles son las señales del VIH? Durante los primeros años después de contraer el VIH, muchos adolescentes no tienen ningún síntoma. Algunos pueden tener ganglios inflamados o una erupción cutánea. A medida que el sistema inmunitario se debilita, las personas con VIH suelen desarrollar fiebre, dolor de estómago, vómitos, diarrea, pérdida de peso e infecciones graves.

¿Cómo se trata el VIH? Los profesionales del cuidado de la salud recetan medicamentos para ayudar a mantener elevado el número de células CD4 que combaten los gérmenes y reducir la carga viral (la cantidad de VIH presente en el organismo). Las personas con VIH necesitan hacerse análisis rutinarios de sangre para determinar cuántas células CD4 tienen y cuánto VIH hay en el organismo.